He aquí la escena típica,
catarsis para el que observa,
esa que el escritor cree será su canto,
diferente a todos,
pasión que enerva.
La que el tiempo tildaría,
de radiografía metafísica,
diálogo de almas,
en tiempos de repisas.
No me enorgullezco amigo,
al defecar lo que he comido,
esto no es mensaje,
sin embargo es un cumplido.
Me embriagué con las palabras,
de gritos mántricos callados,
fermentándose en los dedos
mi garganta a dilatado,
es el miedo el qué la anuda,
esperando a mis amados.
Ya que la escena te es muy típica
hasta la lengua se ha soltado,
cayendo dentro de mi crítica,
se ha alojado en mi despecho
lamiendo lo que tú no has hecho,
¡maldigo a quién te ha hecho!
romanticismo idealista,
¡cuanto jodes a este artista!
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